Es un mal necesario. La ropa esencial no cambia mucho con los años, así que ¿para qué molestarse en buscar algo fuera de la norma? En lugar de estar a la última, me quedo con lo que siempre me ha funcionado. Quiero sentirme cómoda con las mínimas molestias posibles.

Una salida creativa. Es una oportunidad de encontrar algo especial que hable de ti y sea una extensión de tu personalidad. Comprar ropa es como buscar un tesoro escondido sin un mapa: ¡nunca sabes lo que te espera!

Es mejor que el sexo. Está en el ADN de la mujer comprar hasta reventar, así que ¿quién soy yo para ir contra natura?

Una ocupación. Eres quien te vistes para ser, y yo creo en ser el mejor. Eso significa que ir de compras debe tomarse en serio. Forma parte de mi trabajo tanto como contestar al teléfono o enviar correos electrónicos a los clientes.

Incluso cuando no necesito ropa nueva, ¡es una terapia de compras! Un vestido, un top o unos zapatos nuevos siempre me llenan de energía.

Para crear un nuevo look, ir de compras y vestirse es todo un arte. No puedes lanzarte sin más a la experiencia. Debes encontrar la inspiración y seguir tu sueño hasta hacerlo realidad.

Porque siempre tengo que tener buen aspecto. Es parte de la imagen que quiero dar en mi vida profesional y personal. Eso significa renovar constantemente mi vestuario para que no me vean siempre con lo mismo.

Cuando te arrastran pataleando y gritando a la tienda. Como dijo Mark Twain: «Nunca dejes para mañana lo que puedas hacer pasado mañana». Espero a que mi ropa esté casi raída antes de aventurarme en una tienda. Hay tantas opciones que me confundo y me frustro.

Cuando el infierno se congela. No se me da muy bien encontrar cosas con estilo, además de que odio la presión de decidir si realmente necesito algo o no mientras estoy en la tienda. Al menos con las compras en línea puedo tomarme mi tiempo y no sentirme obligada a comprar algo en ese momento.

¿Cómo que cuándo prefiero ir de compras? Siempre estoy de compras. Cada día llegan nuevos productos a las tiendas y no me gustaría perderme algo maravilloso. Además, ir de compras es mi hobby. Hay gente que hace deporte o manualidades; yo voy de compras.

Siempre que me apetece, o cuando descubro una nueva boutique o tienda de segunda mano con sus posibilidades por descubrir, o veo algo en el escaparate de una tienda o en una revista que me da ideas. Con una idea como guía, puedo comprar con un propósito.

Al mediodía, cuando puedo escaparme de la oficina, o los sábados, cuando tengo todo el día para dedicarme a buscar los artículos adecuados. Al fin y al cabo, soy una mujer ocupada. Compro por internet y en el pasado he recurrido a un estilista para que me ayude con buenos resultados.

Intento combinarlo con varias prendas de mi armario. Si me atrae algo que es radicalmente distinto de lo que he llevado antes, voy a por ello. En la vida hay que experimentar y probar cosas nuevas, y la ropa no es una excepción.

Preguntarme si realmente lo necesito y si realmente vale lo que cuesta. No hay nada que me disguste más que comprar algo y no ponérmelo nunca. Pero si algo realmente destaca, tiene el color y el corte adecuados y es un estilo que durará años (y no es caro), entonces lo compraré.

Me lanzo a comprarlo. Si no lo compro ahora, puede que no esté aquí la semana que viene, así que ¡carpe vestimenta! ¿Y qué si nunca me pongo muchas de las nuevas compras? El mero hecho de saber que están en el cajón o en el armario me llena de satisfacción.

Me fijo en la etiqueta del diseñador, pero no en el precio. Nada es demasiado bueno para mí. Y si no es cómodo pero impacta, no pasa nada, lo compro igual, sobre todo si es original y no fabricado en serie. Para mí, vestir es hacer una declaración de intenciones.

Mi mejor amiga o mi hermana. Las chicas sólo queremos divertirnos y ¿qué mejor manera que mejorando nuestros armarios? Es alguien que puede seguir mi ritmo de ir de tienda en tienda y me avisa si estoy a punto de comprar algo equivocado, pero también me anima a comprar muchas cosas correctas.

Nadie. No me gustan las interferencias. Me gusta tomarme mi tiempo para pasear por las tiendas. No pido la opinión de nadie porque sé lo que funciona y lo que no. Busco una amplia base de básicos con algunos artículos más caros.

Alguien en cuya opinión confío. No me importa si me sugiere algo que normalmente no me probaría, porque sé que no se ofenderá si no acepto su sugerencia. También es un buen segundo par de ojos para los artículos en oferta.

Mi tarjeta de crédito. Me gusta ir de compras solo. No me gusta que me frenen cuando voy de compras. Además, la mayoría de la gente no puede permitirse las tiendas y salones en los que compro.

Luce fresca y a la moda. Me horrorizaría que me pillaran con algo tan de última temporada. Gran parte de mi autoestima se basa en mi aspecto y tengo que ir lo más elegante posible.

Sentirme cómodo. El ajuste, el tacto, el color y el corte deben adaptarse a mi comodidad. También quiero prendas fáciles de cuidar: lavar, secar y listo.

Hacer una declaración de imagen. La ropa hace a la mujer, por eso compro ropa cara, la mayoría de la cual debe ir a la tintorería.

Expresar mi personalidad y sacar el máximo partido de cada prenda. No me preocupa tanto estar 'a la moda' como ser creativa y encontrar nuevas formas de ser yo misma.

Tiene etiquetas de diseñador escritas por todas partes. Llámame la reina de la alta costura. Elegancia, confianza y una meticulosa atención al detalle definen mi estilo.

Es conservador y seguro, y preferiblemente está rebajado. Me gustan las prendas probadas que llevo desde hace años y de las que no me quejo. Funcionan, así que ¿para qué cambiar?

Está muy de moda. Las modas van y vienen, por eso el interior de mi armario nunca parece el mismo de una temporada a otra.

Es auténtico. Un conjunto me hace feliz cuando tiene algo que es exclusivamente mío: una explosión de color, un accesorio único, un estampado fantástico o un viejo clásico actualizado con un accesorio nuevo.

Ahorrar. Si no necesito una prenda nueva, no despilfarro el dinero.

Comprar algo a lo que le he echado el ojo desde hace tiempo. Me encanta añadir tesoros inesperados.

Gastarlo en ropa y accesorios tan rápido como pueda. Cuantos más, mejor.

Comprar algo de alta gama. Me merezco unos cuantos artículos de lujo bien merecidos.

¡Como una celebridad y el centro de atención! La ropa nueva dice que tengo ojo para la moda, que me importa mi aspecto y que avanzo en la moda.

Como si me hubiera equivocado. Cuando me pongo algo que está de moda, puede que me guste, pero también me pregunto constantemente cuántos kilómetros le sacaré antes de que se convierta en la moda de ayer.

Segura de mí misma, con clase y controlada. Como mujer de éxito, debo vestir de acuerdo con mi papel y eso significa estar al día de los estilos para mostrar el poder de mi bolsillo.

Tan contento como si comprara algo popular de otra década o de un mercadillo. Siempre lo retoco un poco para que sea "yo".

En lo que he estado usando durante la última década (o más). Tengo algunas marcas de confianza que nunca me fallan.

Cuando llevo algo que hace que la gente diga: "¡Estás guapísima, sexy o fabulosa!". Me siento muy animada y realizada cuando los demás me reconocen y me felicitan por mi look.

Con las últimas tendencias. No me pillarás con algo pasado de moda. Ya sea un atuendo informal, de negocios o formal, puedes apostar a que estoy a la vanguardia de la moda.

Cuando me pongo un accesorio nuevo y caro. No hay nada como una pieza de joyería que añade ese toque final de clase a un conjunto y dice que he pensado mucho a la hora de vestir.